16 de julio 2019. Martes

DIA DE PLAYA EN FAMILIA

Hoy he tenido fiesta en el trabajo (día de El Carmen en Barakaldo), así que he aprovechado a coger a los peques y llevármelos a la playa. Nos hemos levantado «relativamente pronto», nos hemos preparado y sin más ni más, salido directos a recoger a mis padres y dirigirnos a Pedernales (que tendrá otro nombre la playa, pero para mí siempre se ha llamado y llamará así). Son 45 minutos de coche pero merece la pena ir hasta allá. Hay un parking a unos 5/10 minutos andando, zona de césped con mesas para poder comer y la playa es segura para los peques: Sin carreteras, sin corrientes de agua y pequeña para poder controlar todos los puntos desde la toalla.

El día en sí no es que haya cundido mucho como para contar grandes historias: Hemos tomado el sol, chapoteado en el agua, comido, descansado y disfrutado del mero placer de NO HACER NADA. Sin embargo…

Esos pequeños momentos de instrospección

Hoy he hecho algo inusual. Siempre; de toda la vida que he ido a Pedernales con mis padres, luego a mi bola con los amigos y/o pareja de turno, y ahora con mi propia familia: Miraba a lo lejos la playa de Laida y me preguntaba cuál sería la dificultad de llegar hasta allá, simplemente andando. Ahí estaba, cerca y lejos a la vez y NUNCA hasta hoy me había dignado a realizar un paseo y acercarme hasta allá. Hoy, mientras me acomodaba en la toalla, he clavado la vista en aquella playa y aprovechando que estaba la marea baja me he levantado y comenzado a caminar. Mi madre, como siempre, se ha apuntado a la excursión y mi hijo mayor se ha venido con nosotros…

Es una chorrada, lo sé. Pero para mí ha sido muy importante dar «ese primer paso» y realizar algo que tenía en mente desde vete a saber cuándo. No ha sucedido nada sorprendente ni espectacular cuando hemos llegado hasta el agua que protege Laida (y que podíamos haber cruzado en un ti-ta). Simplemente hemos dado la vuelta cuando nos hemos cansado de estar allí y regresamos poco a poco a nuestro sitio. (…) Eso sí, a mitad de camino se han juntado mi padre y mi hija pequeña y ha sido una gozada completar ese reto en familia.

Supongo que para el resto será un paseo más, nada significativo. Pero te digo que, para mí, ha sido muy importante TACHAR eso de mi cabeza. Hoy he aprendido que para hacer las cosas, lo único por lo que hay que empezar es: proponérselo verdaderamente y dar el primer paso. Una lección que me va a servir en el futuro.

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