Un fin de semana agotador. Me doy cuenta, de que escribir por la noche, tras tratar de acostar a los peques, tiene una triste consecuencia: Que muchas veces lo hago tardísimo, cansado y de mala leche por el comportamiento que tienen mis hijos a la hora de meterse en la cama. Un vacile constante, y más ahora que están de vacaciones. (…) Pero bueno, vamos a lo que vamos y te cuento cómo ha ido mi fin de semana.
Sábado 29. Agotador. Me tocó trabajar y aunque no entró mucha gente, tuve que cerrar una venta durísima. (…) Pero lo reconozco, lo de agotador no vino por el curro, sino por la jornada intensiva de REBAJAS que sufrí hasta pasadas las 21:30 de la noche. Tenía cosas que comprar y me vine para casa con unos cuantos pantalones para el trabajo, algún niqui, una camisa Hawaiana que ha resultado ser más discreta de lo que tenía en mente y unos vaqueros «megamodernos» de los que pensaba no me iba a comprar jamás. Todo prietos de pierna en plan «juvenil». Lo mío estaba «finiquitado» para eso de las 18:30 (y lo sé porque miré el reloj temiendo lo que se avecinaba).
Luego llegó la hora de «MIRAR» ropa para los peques y para CRIS. Y mirar, miramos MUCHO, pero comprar, compramos POCO. Un engorro, además, cargado de bolsas como iba. Es HORROROSO cuando vas de tiendas con los hijos (aunque reconozco que se portaron de maravilla la mayor parte de la tarde) y tienes que estar pendiente, además de atender a tu mujer porque está en el probador y «necesita» que la ayudes a elegir (como si mi opinión importara realmente…), de que tus hijos no se pierdan y/o anden jugando por toda la tienda.
Reconozco que me gusta ir de REBAJAS, comprar lo que necesito y YA. Prefiero ir otro día a comprar cosas para otro, que no «fundirnos» tratando de encontrar todo para todos el mismo día…
El domingo que nos ocupa, ha sido agotador pero en otro sentido. Nos hemos levantado a la mañana cuando nos ha dado la gana. Hemos desayunado y tras recoger la casa, nos hemos preparado para pasar el día en la playa. Nada de cocinar. Encargamos un pollo (El «A por Pollo» de Urreta lo pone riquísimo) y para eso de las 12:30 he pasado a recogerlo y nos hemos ido a Muskiz, que eran fiestas y ya de paso, visitamos a la prima Itziar.
Un descojone cuando hemos llegado al sitio. Aparcamos super-rápido (haciendo una pequeña «pirula») y cuando vamos a las ESTUPENDAS campas que hay por allí, preparamos las toallas en plan picnic y sacamos la comida… Nos damos cuenda que, no hemos traído platos ni el aliño para la ensalada. (…) Ahí nos ves, comiendo todo con las manos cual vulgar troglodita. Eso sí, el pollo nos ha sabido a gloria y la sandía que hemos comido de postre, estaba JUGOSÍSIMA (como dice mi hijo).
Primeros baños en la playa con mis hijos que me han parecido MARAVILLOSOS. Espero que Cris con la cámara haya sabido captar esos momentos de PADRE/HIJO y si no, ya se va a enterar. Juegos en la arena con el balón y el escudo del capitán américa y un buen rato al sol cuando éste se ha dignado a salir. Además, luego se ha dejado caer por allí mi hermano, así que mis peques han podido disfrutar y vacilar con su tío lo que han querido y más. Me ha encantado pasar el día en la playa.
Luego hemos ido a Muskiz a pasar un rato con Itzi y resto de familia. Mi hija se ha dormido en el trayecto (de apenas 5 minutos), pero bueno, se ha despertado al rato y ha jugado con su primito, con el que se lleva genial.
Vuelta para casa, ducha para quitar toda la «mierda» que se pega en esa playa, cenar un poco y a la cama… Mañana, más. (…) Por cierto, que el viernes a la noche, hice mi primer acercamiento al «veganismo» con esa hamburguesa de verduras asadas que se ve en la imagen. No sé si yo estoy hecho para eso, pero prometo seguir probando cosas y dando más oportunidades a mi cuerpo para que se «adapte» a esos alimentos. Todo sea por cambiar el «chip» y ver qué tal sienta la comida sana…