26 de junio 2019. Miércoles

Hoy tengo que empezar, lo que será un intento de «diario», contando el accidente que me ha ocurrido en el trabajo. Como ya sabrás si has visitado mi sección JFIcomercial, me dedico a la venta de vehículos de Ocasión. Una de mis tareas es sacar fotos y «colocarlos» online. Pues bien. Resulta que cuando he terminado de fotografiar un Opel Corsa que tenía pendiente, lo he llevado al montacargas para sacarlo de la exposición y cuando había metido la mitad del coche, el montacargas ha bajado de golpe unos 40 cm. y me he quedado dentro del coche jurando en hebreo por el golpe que me he llevado.

No me ha ocurrido nada y estaba perfectamente. Sin embargo, todos mis compañeros de concesión me preguntaban preocupados, qué tal estaba y comentaban: – Vaya susto, ¿no?

Sinceramente. Ni me he asustado, ni me lo «he hecho encima», ni le he dado mayor importancia al accidente. Luego, pensándolo bien y después de contárselo a Cris -mi pareja-, me he dado cuenta de que si el montacargas llegar a fallar de manera estrepitosa, podía haberme estampado con el coche en el piso de abajo. (…) Para mí, lo verdaderamente inquietante, es que justo antes de bajar el coche. Cuando he introducido el «corsita» en la azotea para bajarlo a la planta 1, sí que he tenido el pensamiento «macabro» de… -¿No sería estúpido que un día cualquiera, bajara en el montacargas subido en un coche, y éste se viniera abajo conmigo dentro?.

En fin. Que otro día te cuento más cosas y nos vamos conociendo mejor. Ahora mismo estoy de «Rodriguez», son las 23:27 de la noche y estoy escuchando como centrifuga mi segunda lavadora del día. En breve me toca tender la ropa.


Ser un Rodriguez, a cierta edad, ya no es lo que era.

Juanfe

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