El tema de pegar a los peques para educar es algo que crea controversia. Cuando saco el tema -con una postura en claramente en contra de esta costumbre-, siempre hay alguien que salta justificando esa forma de «enseñanza». (…) Hoy seguramente, también habrá más de uno que defienda lo siguiente que voy a contar… Pero vamos, que con mis artículos no pretendo cambiar las formas de hacer de cada uno ni juzgarlo; simplemente aportar otra perspectiva tratando de abrir los ojos a aquél que, REALMENTE, quiera cambiar de una forma positiva la forma de transmitir valores a sus hijos e hijas. Vamos a ello…
EL COLEGIO ES LA JUNGLA
Recientemente mi hijo ha pasado por una etapa en la que, prácticamente, todos los días nos venía con alguna herida del colegio: Un arañazo en la cara, en la oreja, en la nariz… Algún chichón. Preguntamos a la profesora y nos indicó lo que ya suponíamos y él mismo nos había contado: Que todo se lo hacen sus amigos y son productos de juegos que se tornan «agresiones» (dramatizando un poco el tema). ¿Qué nos tocó hacer?
- Lo primero que hicimos fue comentarlo con nuestro peque y enseñarle a que no tiene que jugar a empujones ni golpes, si sus amigos no entienden que es un juego y no una agresión. (Demasiadas Tortugas Ninja en ClanTV me temo).
- Insistimos en que pegar es algo que no hay que hacer y que si sus amigos lo hacían con él, lo que tenía que hacer es defenderse con un leve empujón y un SONORO «STOP» que paralizara la conducta de aquellos que le molestaran. (…) Si la conducta persistía, alejarse a jugar con otros niños o un lugar donde esté tranquilo… Y si no le dejaban en paz, acudir a la profesora para que le ayudara…
A nosotros nos fué bien ya que, a la semana, la misma profesora nos indicó que había notado un cambio en nuestro hijo, a pesar de que los demás seguían igual y andaban totalmente desbocados…
SI TE PEGAN, TÚ DALE MÁS FUERTE
Mi padre es de esta opinión. ¡Cuántas veces se lo habrá dicho a mi hijo!. Esto también se lo he escuchado recientemente a otros padres con los que he coincidido en el patio de colegio:
– Hijo, si te pegan, tú dale más fuerte y verás que rápido te dejan en paz...
¿Realmente eso es así? Siguiendo la conversación el mismo padre reconocía que a raíz de haberle inculcado esa conducta a su hijo, posteriormente tuvo el problema de que el mismo se volvió un pegón y andaba por ahí soltando la mano a la primera contrariedad que tenía. (…) No siempre será así, claro… Pero creo que a veces no nos damos cuenta de lo que decimos a nuestros hijos y soltamos esa «perla» alegremente sin pensar en las consecuencias que tendría si todos hiciéramos así. Veamos…
SITUACION HIPOTETICA
Está mi hijo con un amigo (al que su padre inculca en casa el pegar más fuerte si le vienen a molestar). Yo estoy con ese hipotético padre compartiendo el rato mientras nuestros hijos juegan. Al rato, viene mi hijo y nos interrumpe para decirnos que el amigo le ha pegado y le ha hecho daño. (…) ¿Qué hago?
¿¿¿Le digo que vaya donde ha recibido y le meta otra galleta aún más fuerte a su amiguito para que éste aprenda???
Es lo que el padre del otro le diría al suyo ¿no? ¿O es que somos tan ingénuos de pensar que los enanos saben distinguir entre amigos y desconocidos? (sigo pensando que no hay que pegar a ninguno). ¿Cómo se sentiría el padre al escucharme decir que vaya a pegarle a su hijo aún más fuerte?
CUIDADO
Cada vez que le decimos a un niño que la manera de defenderse de las personas que le pegan, es a su vez pegar más fuerte; le estamos indicando que la única forma de resolver aquello que le molesta es la violencia. Mucho cuidado con ésto pues, en muchos casos, luego termine aplicando ese remedio ante cualquier contrariedad, incluso cuando nadie le ha agredido.
OPINION
- Creo que en muchos padres -como lo hace el mío-, el inculcar pegar más fuerte al que le ha pegado, es un simple complejo o miedo a que el niño vaya a ser una «víctima de abusos» en el futuro.
- Creo que es un error no enseñar a los hijos a resolver los problemas fuera del uso de la violencia ya que, siempre habrá alguien que zurre más fuerte y normalmente éste, tiende a buscar al que le entra al trapo.
- Creo que «saber defenderse» no implica que uno tenga que doblegar al otro por la fuerza.
- Creo que si TODOS los padres educaran a los peques fomentando el autocontrol y la autoestima, abandonando la violencia (muy difícil porque también hay que dar ejemplo), los peques tendrían mucho más campo para crecer emocionalmente y avanzarían mucho más en sus vidas, en lugar de estar preocupados por quién les va a quitar el bocata en el recreo…
Mi hijo no es ningún santo ni pretendo que lo sea. Pero tampoco voy a permitir que siga la corriente y se contagie de conductas que no considero apropiadas para su futuro. Me escuece cada ve que yo le reprendo por pegar a algún niño y a la vez, veo padres que permiten que sus hijos lo hagan con total impunidad… Pero bueno, ese es mi problema y me aguanto aunque no me guste… Ese también es el trabajo que me toca como «superpadre».
Un saludo a tod@s