TU HIJO (O HIJA) NO ERES TÚ…
La semana pasada mi hijo fue «castigado sin recreo» por la profesora. ¿El motivo? Junto con otro compañero, se levantaron del corro y fueron a su bola sin hacer caso al resto de la clase. Ambos fueron separados en aulas distintas y se quedaron sin salir a la calle. Tuvieron que pasarse ese rato pintando, uno lejos del otro… Cuando fuimos a recoger a los pequeños, nos explicaron lo ocurrido a ambos padres y a raíz de la reacción de cada uno, que se me ocurrió este artículo.
Cuando me contaron lo ocurrido, después de escuchar las explicaciones de la profesora, me dirigí a mi hijo -al que había acercado para que también estuviera atento a la «charlita»-, y le pregunté, ya en otro sitio, qué es lo que había pasado y por qué lo habían hecho. Tened en cuenta que tiene 3 años y medio, así que poca información pude sacar salvo que reconoció que le habían dejado sin recreo y que su amigo del alma, había estado separado de él durante ese rato. ¿Por qué se levantaban del corro y revolvían? Ni él mismo lo sabe…
Cuando le explicaron lo ocurrido al otro padre, su cara y actitud demostraban la «vergüenza» que en él le producía ese rapapolvo. Lo siguiente que hizo fue buscar y dirigirse a su hijo para decirle lo MAL que había hecho por no hacer caso a la profesora, y además, le retiró las chucherías que le había prometido comprar esa misma tarde…
ASUMIR LA CONDUCTA DE NUESTROS HIJOS
Por supuesto que tener un hijo, o un nieto, es una maravilla. Vemos cómo crecen, cómo ríen, cómo juegan y son felices. Y muchas veces nos vemos reflejados en ellos o buscamos parecidos razonables con nuestros genes para decir: -Mira, ese es mi hijo, cómo se parece ¿verdad?… Buscamos nuestra herencia en su persona y eso es un error…
Porque sin darnos cuenta, también asumimos sus conductas -buenas o malas-, como propias y como en el caso anterior, sufrimos las consecuencias también como si nos hubieran ocurrido a nosotros:
- Si le castigan o saca malas notas en clase nos enfadamos
- Si pega a otro niño pedimos disculpas en su nombre
- Si se viste a su manera y no nos gusta, le cambiamos de ropa inmediatamente
- Si se comporta inapropiadamente delante de otras personas, nos avergonzamos
- Si coge una chuchería y se marcha sin pagar, nos ponemos colorados y nos avergonzamos con el tendero…
- Si no da un beso al despedirse nos ponemos incómodos…
Cuando realmente, nuestro trabajo como padres no es responder, ni mucho menos, con nuestra responsabilidad, esos actos «inocentes» de nuestros hijos, sino educarles para hacer lo correcto sin pasar ningún tipo de apuro. (Otro asunto es el TEMA LEGAL):
- Preocuparnos e indagar por esos castigos o malas notas del colegio para solventar sus problemas y mejorar.
- Enseñarle que tiene que ser él quien pida disculpas al niño que ha pegado, quitado un juguete o molestado.
- Respetar su autonomía a la hora de vestir y explicarle, por ejemplo, que un pijama no vale para ir a la calle cuando hace frío.
- Explicarle las normas de comportamiento y los límites cuando estemos con más gente y las consecuencias de traspasar esos límites (ya hablaremos más adelante de los castigos bien aplicados)
- Enseñarle que las chucherías cuestan dinero y hay que pagar al tendero antes de salir con ellas en la mano.
- Respetar cuando quiere o no quiere dar un beso…
LOS NIÑOS NO HACEN LAS COSAS QUE QUEREMOS
Y si en lugar de educarles para que hagan las cosas correctamente, nos emperramos en que las hagan COMO QUEREMOS (que no tiene por qué ser lo mismo), CUANDO QUEREMOS (que no van a aprender en un instante), y A QUIEN QUEREMOS (ellos no tienen por qué tener el mismo concepto de las personas que nosotros), lo más probable es que entremos en una cadena de enfados y frustraciones que no traerán bueno consigo…
Un ejemplo más que seguro más de uno ha visto alguna vez. Es la actitud de esos padres que ven que su hijo es un «manta» jugando al fútbol. Yo he visto como un niño -desconocido-, venía a jugar conmigo en un parque y me lanzaba la pelota muy malamente: Chutaba y se notaba que tenía un plátano en el pié… Su padre, me pedía perdón cada vez que yo tenía que salir corriendo a por la pelota y decía que su hijo era un inútil y que lo suyo no era el deporte… Eso, delante del niño que seguía allí frente a nosotros.
VIDEO
«EN BUSCA DE LA FELICIDAD»
A mí me daba igual, yo animaba al chaval a chutar una y otra vez y le explicaba que la manera de mejorar era repetir una y otra vez los tiros, que nadie nace sabiendo ser Ronaldo, o Messi, y que lo importante es entrenar, aprender y divertirse con lo que uno está haciendo. Todo, con la mejor de mis sonrisas porque la actitud que demostramos, es muy importante para los chavales.
Mi hijo tampoco chuta muy bien (aún), pero soy muy consciente de que cada día lo hace mejor y me gusta su esfuerzo, su actitud, y sobre todo, que se divierta con ello. Yo le sigo animando y tened por seguro, que si el día de mañana le da por jugar al fútbol, para mí lo importante será que siga disfrutando y entrenando con sus amigos; en lugar de buscar satisfacción personal al haber engendrado al futuro Messi y enfadarme y frustarme cada partido que le dejan en el banquillo o juegue fatal…
NUESTRO TRABAJO COMO PADRES
Personalmente, creo que mi trabajo como padre no es que mi hijo tenga la vida que yo deseo para él… Mi experiencia puede indicarme que tiene que ir a la Universidad (porque tiene más posibilidades de trabajar), que tenga hijos más joven que yo (para disfrutar más de ellos) o qué se yo… Pero MI VIDA, no es la suya… De igual forma que la vida de mis padres no ha sido la mía. Nuestro contexto histórico siempre será diferente y lo único que me preocupa respecto de mi hijo y mi hija, es que aprendan a ser autónomos, aprendan valores que les sean útiles en el futuro -sea lo que sea lo que se avecina-, y aprendan a salir adelante siendo felices. Nosotros, no vamos a estar siempre con ellos, así que lo único que nos tiene que preocupar, es orientarles en la vida lo mejor que podamos para que luego sean ellos los que lleven las riendas de su futuro como deseen.
RECOMIENDO
Ver la película «En busca de la Felicidad» (de donde es el extracto del video que he colgado), y «Billy Elliot». Muy interesantes para ver las relaciones PADRE/HIJOS que comento en este artículo.
Un saludo a tod@s