Tras muchos años esperando su salida en PS3. Por fin le meto mano a THE LAST GUARDIAN. Un videojuego de FUMITO UEDA de esos… «diferentes». No pude con ICO y SHADOW OF COLOSSUS pudo conmigo y con mi vieja PS3. Sin embargo, algo me dice que Trico (la bestia protagonista del juego) y el misterioso niño, acabarán por fascinarme…Veamos.
THE LAST GUARDIAN
Me despierto en un lugar que desconozco al lado de una bestia alada que duerme encadenada. Herida, lo primero que hago es quitarle unas lanzas que lleva clavadas a su cuerpo. Ante el dolor, el animal me lanza una coz que me deja inconsciente. Aún así, termino por liberar a TRICO (Ese será su nombre) y juntos emprendemos un viaje de exploración para «¿escapar?» de donde sea que estamos…
Y así, sin más, se presenta The Last Guardian. Un niño, una bestia impredecible y el entorno. No hay «displays» en la pantalla. No hay barra de vida, no hay puntos, no hay menú de inventario… NADA. Absolutamente nada… Todo es pura intuición y aprendizaje a medida que avanzas y descubres cómo manejar a los personajes y cómo se relacionan entre ellos. Un juego de puzzles/exploración en el que avanzamos gracias a nuestra intuición y a lo que transmiten los personajes.
A veces, la voz en off narra lo que está aconteciendo y te da alguna pista para encontrar el camino. Pero son las menos y la exploración y tratar de entender lo que le sucede a Trico, son la clave para seguir avanzando y descubriendo The Last Guardian.
- ¿Que Trico no quiere lanzarse al agua de una laguna? Pues buscamos un barril de comida y se lo lanzamos en mitad del estanque para que éste se tire de cabeza a por él.
- ¿Que Trico se queda olisqueando el humo de nosequéolla y no avanza? Tendremos que buscar la manera de acceder y cerrar ese perolo para que no se distraiga.
- ¿Que a Trico le molesta algún símbolo extraño que encontramos por ahí tirado? Pues lo lanzamos por un precipicio y a seguir…
- ¿Que Trico no puede avanzar porque el hueco es demasiado estrecho? Pues buscamos la manera de abrir una puerta o avanzamos hasta cierta parte del mapa para llamarle a gritos y que venga saltando…
- ¿Que unas extrañas estatuas cobran vida y me quieren llevar a otra dimensión? (o qué se yo). Llamo a Trico que se los cargará en un momento. Y luego yo a mimarlo y/o curarle las heridas.
Básicamente este juego consiste en eso. En explorar y descubrir cómo atravesar los escollos que nos vamos encontrando. Poco a poco, voy descubriendo cómo «manejar» a Trico y gracias a él, puedo acceder a partes del decorado antes innacesibles:
En un tramo del juego he tenido un disco con el que apuntar un haz de luz donde Trico descargaba un rayo fulminante que aparecía desde su cola. Recientemente acabo de aprender como lanzarle «órdenes» (que de momento no obedece muy a menudo -o yo no sé hacerlo correctamente-). Veremos qué nos depara la aventura… De momento, el disco «lanzarayos» lo he perdido después de haber sido «¿Devorado?» por TRICO. Una escena espeluznante donde las haya…
Dejo aquí el hilo por si quieres seguir la partida a medida que voy avanzando. Contaré más detalles del juego a medida que vaya descubriendo más cosas.
Otro ejemplo de «imprecisión», es el control del personaje. Alguna vez he saltado sin querer y me he precipitado al vacío sin pretenderlo… Aaaaaahhhhh. Cuando ocurría, he de reconocer, me cagaba en su puta madre… Pero luego, tras meditarlo, he de reconocer que toda esa imprecisión forma parte de la esencia de The Last Guardian.
Los personajes no se comportan como cualquier otro protagonista de videojuegos. Aquí no se busca la precisión milimétrica… Aquí, opino, se trata de presentar personajes que actúan de forma «real»: Que saltan y a veces no llegan, que cuando se caen andan despacio hasta que se recuperan, que les mandas que salten un precipicio y no se tiran de buenas a primeras, sino que tantean el terreno, cogen carrerilla y saltan meditadamente. Que cogen un barril y les cuesta moverse (y lanzarlo, no muy lejos por cierto).
Ha habido momentos que he pasado largo rato intentado que Trico hiciera alguna acción específica y el animalito se lo pasaba observando unas mariposas revoloteando sobre un barril.
Con el paso de las horas, he apreciado más todos esos detalles pensados más para embellecer la historia y la relación entre personajes y disfrutar del avance del juego. Seguro que al final, me termina marcando más este The Last Guardian por estas cosas, que muchos videojuegos con mejores gráficos, jugabilidad, banda sonora o qué se yo… Si tuviera que definir este juego con una palabra, sería EMOTIVO.
TERMINADO
19/07/2022 Terminado ya hace días. Toca recapacitar y analizar qué poso ha dejado en mí esta obra de Fumito Ueda. (…) Es difícil describir este The Last Guardian si pensamos en él como en los videojuegos convencionales. Aquí no hay esa «acción» a la que estamos acostumbrados… No hay un «villano» definido. No se trata de «aniquilar» al enemigo ni tenemos muy clara la meta a conseguir. Simplemente, se trata de avanzar… De escapar de un lugar en el que nos sentimos extraños y SALIR de ahí.
El videojuego como tal, es una montaña de emociones. Y no sólo las que viven y transmiten los personajes. Me doy cuenta de que YO TAMBIÉN ME HE EMOCIONADO con lo que he visto en pantalla. Y me explico…
Además de la curiosidad y cariño que se muestran en pantalla el Niño y Trico (conmovedor cuando ambos parecen fallecer y se ayudan mutuamente), he de reconocer que se me han puesto los pelos de punta cuando he visto a TRICO «zamparse» al niño ante mis ojos. (que luego lo regurjita, lo salva y tal, pero en ese momento, MADRE MÍA). ¿¿¡¡ PERO QUÉ HACES TRICO ¡¡?? He soltado más de una vez.
Sobre todo, cuando TRICO no hacía ni puto caso a las instrucciones que le lanzaba para que fuera a algún lugar o realizara alguna acción concreta. El hecho de no entender el idioma y que el animalito fuera un poco a su bola, también me «emocionaba» (aunque fuera en negativo y me pusiera de mala leche). Cuando por fin Trico obedecía y hacía lo que tenía que hacer, verle avanzar por la pantalla era toda una satisfacción.
Y cuando aparecían los ojos (que atemorizaban a Trico), o las estatuas nos acechaban teniendo que escapar… No os cuento la tensión que he sufrido. Lo he pasado peor que con ciertos survivals de zombies (aquí no hay armas para deshacerse de los enemigos, sólo Trico -y su cola lanza rayos- y no siempre es así). (…) Que al final escapas y tal… Pero la angustia que es capaz de transmitir The Last Guardian tan sólo con un poco de oscuridad, magia, y torpeza en el control… Magistral.
Así pues. Cuando te montas en Trico y ves que coge carrerilla para lanzarse a planear/volar y escapar. Te dan ganas de saltar en el sofá con ellos. MARAVILLOSO.
Podéis ver el final del juego en el próximo video. Pero nada como vivir la aventura uno mismo y tratar de entender lo ocurrido. Por qué Trico se comporta así, qué era y a lo que estaba condenado y cómo el niño vuelve a la aldea tras su fantástica aventura. Algún cabo suelto queda y no me ha gustado… La torre blanca parece derrumbarse al final del juego y luego parece reaparecer… ¿O lo habré imaginado?
NOTA FINAL 8/10
Lo mejor: La ambientación, la imprecisión a la hora de manejar a los personajes y lo realista que resulta. La resolución de los puzzles. Ver la pantalla «limpia» sin score, ni barra de vida ni nada de nada.
Lo peor: La imprecisión de los personajes, que alguna vez se tiran por un precipicio sin venir a cuento (y jode la experiencia «realista» que mencionaba antes). La cámara, que a veces se pone en unos ángulos que no veía nada.