UN AÑO DE CORONAVIRUS

Un año de coronavirus

Actualmente disfrutando de unas vacaciones «sugeridas» por al empresa, me toca recapacitar y analizar este año de Coronavirus. Por orden cronológico, te cuento lo ocurrido -desde mi punto de vista y opinión- durante estos últimos 12 meses y qué nos han llevado a una situación límite, tanto laboral, como social. ¿vamos?

LA «GRIPE» QUE VIENE DE CHINA

Aunque el coronavirus ya llevaba tiempo por ahí extendiéndose por China, no fue hasta el mes de noviembre 2019 que empecé a fijarme en la reiteración de las noticias en los medios. La posible procedencia del mismo, a través de la ingesta de un murciélago vendido en un mercado de Wuhan, era una historia demasiado exótica como para no comentarla en el trabajo.

– Estos chinos están locos. – Estos chinos se comen cualquier cosa y así les vá. – Me cagúen la mar con todo lo que traemos de china verás como llegue aquí.

Primeros meses de noticias e informaciones que nos hicieron pensar -me incluyo-, que estábamos ante algo no mucho más peligroso que una gripe y que la pasaríamos de mejor o peor manera quedándonos en casa «tranquilamente» cuando nos contagiáramos. (…)


Si nos vendían que simplemente con ponernos una mascarilla pararíamos los contagios, ¿cómo no íbamos a pecar de ingénuos?


LA CANCELACION DEL MOBILE

Pasamos las navidades del 2019 y no fue hasta que el «Mobile World Congress» de Barcelona se canceló, que no nos dimos cuenta de lo que estaba ocurriendo. (febrero 2020: Noticia) Bueno… Ni siquiera entonces, ya que lo atribuimos más a la situación política en Cataluña.

Desde la cancelación del Mobile, las noticias y los hechos relativos al coronavirus se produjeron precipitadamente y todo desembocó en un CONFINAMIENTO TOTAL en nuestros hogares a mediados de marzo 2020. El 16 de marzo, mi empresa nos dijo que nos fuéramos todos a casa y el estado de ALARMA se hizo efectivo para todos. Ver Wikipedia

EL PAPEL HIGIÉNICO

Grabé el video anterior el 14 de marzo, cuando salí de trabajar un sábado al mediodía. Quitando las risas que me provocó la situación, era alarmante ver la cantidad de «carros de la compra» llenos a rebosar de papel higiénico. Algo que me causaba estupor y atribuías más a esas locas películas americanas donde, al menor desastre medio-ambiental, todos se dedican al saqueo y aprovisionarse para el futuro apocalipsis. Los TOP VENTAS del supermercado era el papel de «culo», el gel hidro-alcohólico y al poco, la levadura… Veamos por qué.

CONFINAMIENTO DOMICILIARIO

El 15 de marzo, entró el estado de alarma y el confinamiento en nuestros hogares. (…) Con la perspectiva que da el tiempo, lo voy a recordar como un período FELIZ en mi vida. Al margen de la pandemia y la desgracia que asolaba el país con el aumento exponencial de contagios y fallecidos a causa del COVID-19 (ya por fin se le puso nombre al coronavirus), he de reconocer que «no estuvo mal la cosa«. Por supuesto que el confinamiento trajo muchas cosas malas, pero también hay que apreciar las buenas… Yo las desgrano así.


POSITIVO DEL CONFINAMIENTO

  • Disponer de tiempo para uno mismo. He hecho mil cosas que de otra manera, hubiera resultado del todo imposible (como actualizar esta web, por ejemplo)
  • Estar el 100% del tiempo con mis hijos. (Cosa que durante el año laboral, no puedo hacer)
  • Comprobar la solidaridad con los sanitarios todos los días a las 20:00, aplaudiendo desde la ventana y emocionándome por el drama que se estaba viviendo en los hospitales.
  • Comprobar que somos capaces de adaptarnos a la adversidad más allá de lo que suponemos.
  • Dar los primeros pasos con el teletrabajo (aunque también tiene su parte mala)

NEGATIVO DEL CONFINAMIENTO

  • La presión de verme convertido en «profesor» y seguir el ritmo del colegio de mis hijos con unos medios totalmente inadecuados.
  • La presión de seguir una agenda «rigurosa» de ejercicios, tareas, comidas etc.
  • La aparición de los «jetas» y la mal llamada «policía de balcón».
  • La falta de planificación en las empresas a la hora de tele-trabajar. (¿Alguien ha rendido lo mismo desde casa con todo lo que teníamos encima?)
  • El «Resistiré» del Dúo Dinámico. No lo soportaba antes, y menos ahora…

LA DESESCALADA

Afortunadamente, el confinamiento duró «relativamente poco« ya que a los primeros indicios de reducción de número de contagios, el gobierno decretó el procedimiento de desescalada y pudimos salir a la calle con cierta restricción de horarios, actividades etc. El objetivo era no «colapsar» la calle (valga la tontería) y no juntar mayores -de alto riesgo- con niños, deportistas y qué se yo.

Reconozco que fui escéptico con el tema de salir a la calle desde el minuto uno. Los datos que seguía a través de la web del ministerio de sanidad reflejaban bajada de contagios, sí, pero con un margen de 15 días de retraso, salir a la calle «a lo loco» no me parecía oportuno. Pero claro, teniendo críos en casa, cómo obligarles a seguir encerrados viendo como veían por la ventana, la cantidad de gente que andaba paseando por ahí…


¡En mi vida había visto en Galdakao tanta gente «practicando deporte«!. La acera de mi barrio parecía la gran vía a las 20:00 de la tarde -la hora de los adultos para salir a la calle a estirar las piernas-. Increíble.


VERANO DE COVID-19

Dando por finiquitado el curso, en junio ya la cosa parecía mejorar y se empezaron a abrir los comercios y bares. Con restricciones, eso sí. Con normas que seguir en lo que se llamó NUEVA NORMALIDAD: Distancia social, mascarillas, gel hidro-alcohólico en la entrada de locales, limitaciones de aforo y un largo etc que tuvimos que aprender a respetar… ¿Se hizo?

Yo volví al trabajo y reconozco que en verano tuvimos una actividad FRENÉTICA. Muchas cosas pendientes que se quedaron atascadas en el confinamiento y además, la aparición del plan Renove dinamitó la decisión de compra de coches. (…) La actividad comercial parecía que volvía a la «normalidad», pero nada más lejos…

Lo comprobé en vacaciones. Cuando fuimos a Mojácar y nos encontramos un pueblo turístico «desolado» ante la falta de -precisamente-, turistas. Bares cerrados, playas vacías, resorts a medio gas, turismo exclusivamente nacional… Algo chirriaba y más pronto que tarde, ya iba meditando que sufriríamos las consecuencias económicas de todo este desastre.

LA VUELTA AL COLEGIO

Y tras haber «disfrutado» del verano… Nos plantamos en la vuelta al colegio. Mucho miedo por cómo se iban a realizar las adaptaciones de los mismos a la pandemia, temiendo un contagio masivo entre niños y que éstos, a su vez, «mataran» a nuestros mayores… Para darnos cuenta al de pocos días, que el mayor peligro venía por el ocio nocturno.


OJO, cuando digo OCIO NOCTURNO, no me refiero a los locales hosteleros, sean estos bares o discotecas. Me refiero a la ACTITUD que conlleva SALIR POR LA NOCHE y la pérdida de responsabilidad asociada a la misma cuando vas por ahí «mamao» perdido.


Lamentables imágenes y noticias de MACRO FIESTAS, incumpliendo la distancia social, rebasando el máximo de personas permitas en reuniones, llevando la mascarilla de adorno…


Se puso el foco en los jóvenes, pero bueno… Yo también observé las terrazas de los bares (cuando estaban abiertos) y podías ver gente de cualquier edad sin mascarilla, charlando durante horas 4 (o más) a una mesa (distancia social, ¿Dónde?).


A raíz de eso, el virus entró nuevamente en expansión, apareciendo en los centros de trabajo y bueno… Gracias a los RASTREADORES y a las pruebas PCR que se realizan, parece que se detectan más rápido los casos positivos y se «encapsulan» en casa a los afectados o sospechosos de serlo…

ACTUALMENTE, TRAS UN AÑO

Actualmente, a pesar de todo, se han vuelto a cerrar los bares y comercios hosteleros. No se puede vender alcohol a partir de las 20:00 de la tarde en los comercios (para frenar los botellones, sigh). La actividad económica ha caído y las empresas, de todos los ámbitos, ven con preocupación cómo afrontar este fin de año terribilis 2020. Eso sí… Seguimos igual en muchos aspectos…

  • Políticamente es VERGONZOSO lo que estamos viviendo en España. Donde priman más los intereses partidistas en lugar de encontrar un consenso que nos ayude a superar esta crisis. Todos los partidos -me da igual el color-, toman medidas en función de sacar rédito electoral (y eso que no estamos en elecciones) en lugar de buscar puntos de encuentro. Se critican las medidas del otro de manera destructiva y no se aportan nuevas soluciones a los problemas que surgen.
  • Socialmente, casi casi lo mismo. Aparecen los negacionistas, los Miguel Bosé, los jetas y sus opuestos, creando un clima de polarización/confrontación para nada saludable. Los chats, los foros, las redes sociales, se están llenando de odio y desprecio por el otro en lugar de buscar zonas de empatía y respeto.

PERSONALMENTE

Personalmente, lo único que puedo desear es que todos tomemos conciencia de la gravedad del asunto y hagamos lo posible por evitar contagiarnos y contagiar al resto. Tener confianza en que superaremos esta crisis tarde o temprano y esperar que los políticos estén a al altura para defender nuestros intereses personales/humanos, frente a los económicos.

Eso es, quizás, lo que más me preocupa. Que detrás de toda esta debacle económica, estén los bancos… Los únicos que no «perdonan» a la hora de recibir sus «ingresos» a pesar de que la rueda haya «dejado de girar».

Mucho ánimo a todos.

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