El 8 de mayo de 2002, entré en la plantilla de SEAT GALDAKAUTO como vendedor de vehículo nuevo. Sé que mis compañeras de AUVOL no se lo esperaban y se sorprendieron; pero era el paso que tenía que dar. Mandé mi currículum, al de unos días recibí la llamada para concertar una entrevista y tras una charla memorable, ya estaba dentro. Bye, bye AUVOL. Me iba a quedar sin vacaciones ese año, pero daba igual. Estaba FELIZ
VENDEDOR EN SEAT GALDAKAUTO
Sin lugar a dudas, en GALDAKAUTO ha sido el sitio donde más he aprendido del mundo de la Automoción. No tanto en cuanto a producto y técnicas de venta (en eso se lleva la palma PEUGEOT), pero sí en lo que a funcionamiento de un concesionario global se refiere. Para lo bueno, y para lo malo, he de reconocer.
Cuando señalaba al inicio charla memorable es totalmente cierto. Recuerdo perfectamente la entrevista con Txus (gerente) y Bego, donde hablamos de mi currículum, experiencia, pretensiones y lo más curioso, de mi firma. Txus era muy aficionado a analizar la personalidad del entrevistado a través de su manera de firmar y casualmente, yo sabía bastante al respecto. Bien para mí. Al de pocos días empecé a trabajar en la concesión de Bilbao situada en Juan de Garay.
El primer día ya tuve sorpresa: Conocer a Jesús Chico, Jefe de Ventas. No había estado en la entrevista y no entendía que él no hubiera influido o sido informado de la decisión de mi contratación. Todo eso lo comprendí más adelante.
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Empecé en las instalaciones de Juan de Garay y el primer día me presentaron al equipo comercial. Jesús Chico, Jefe de Ventas (actualmente en Peugeot LEJAUTO), Sergio Perez (Actualmente en Toyota JAPANCAR), Bego Laguna, Salva, Iñigo, Lourdes Aldekoa (muy importante en el futuro) y yo, como Equipo Comercial. También me presentaron al equipo de taller, recambios y administración. Aitor de Admon. de Ventas, Enrique y Sergio de Recambios, Joserra y Alberto de Taller y mención especial para Valentín de recepción. Compañero y buen amigo en aquella época. En las altas esferas, recuerdo a Txus (al que suelo ver de año en año en la FERIA DE VO en el BEC), Mikel (jefe de administración), y al enlace con la financiera, Juan Antonio, todo un personaje.
PRIMERAS VENTAS
Recuerdo perfectamente la primera venta que hice, a un chaval de Basauri: Un SEAT LEON Tdi 110 cv acabado Sport azul metalizado, 18.000€ o 3 millones de las antiguas pesetas. A día de hoy aún uso la historia de aquella primera venta con mis clientes, para explicarles que los coches hoy en día no son tan caros si los comparamos en equipamiento con aquél SEAT león. Por supuesto, aquella primera venta se la debo en gran parte a la ayuda de mi jefe de ventas, que me asesoró y ayudó a la hora de configurar correctamente el precio y cerrar la operación. No era lo mismo cuadrar un expediente -como había hecho hasta entonces en AUVOL-, que entender las campañas promocionales, descuentos y demás «historias« que se aplican a la hora de establecer la oferta comercial de un vehículo.
Siempre diré, que uno de los mejores de jefes de venta que he tenido es Jesús Chico. Siempre sonriendo, ayudando y remando en la buena dirección del equipo de ventas, a pesar de su delicada situación dentro de la empresa. No tengo ningún mal recuerdo de él, todo lo contrario. GRACIAS
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Como digo, la situación de mi jefe dentro de la empresa era delicada. Con el tiempo fue evidente que él y el gerente no congeniaban mucho, y eso quedó en evidencia cuando se abrió el centro de Galdakao (en la foto). Txus se deshizo premió su labor mandándole a las nuevas vacías instalaciones a trabajar y dejando a Bego (una rubia despanpanante) como responsable de la exposición de Juan de Garay (con un sueldo acorde al cargo) (…) Y ahí que aterrizamos en Galdakao, mi jefe de ventas, Iñigo, Lourdes y yo… El equipo novato en un edificio VACIO: No había mesas, sillas, coches ni ordenadores el día que llegamos (ni clientes). Eso sí, los objetivos eran los mismos que habíamos tenido en Bilbao, donde se recibían las visitas.
Hay que tener en cuenta que en 2005 no existía internet tal y como lo conocemos ahora. Seguíamos tirando de FAX y la publicidad, básicamente era la del periódico, radio y paneles de carretera. Nadie sabía que estábamos allí, recién llegados a Galdakao, detrás de Echevarri Turismos.
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ILUSION, TRABAJO Y EQUIPO
Poco a poco, la exposición de Galdakao comenzó a funcionar y logramos cifras de venta muy buenas. Creo que todo se debió a lo bien que trabajábamos como equipo A TODOS LOS NIVELES.
- Entre compañeros nos ayudábamos con las visitas y pedidos. Lourdes, una máquina, vendía muy bien y no por ello acaparaba clientes, todo lo contrario: Cuando veía que ya tenía hecho el mes, permitía a los demás cumplir con el suyo.
- El taller respondía muy bien con la preparación de vehículos y ayudando al instante ante cualquier incidencia que se presentaba. La labor de Valentín era encomiable a la hora de parar la mala leche de los clientes. No así la de su jefe, Angel, que a la postre fue despedido por su derrotismo y comentarios.
- Recambios funcionaba como un RELOJ y siempre tuve buena disposición y caras sonrientes cuando los «pesados de ventas» íbamos a solicitar piezas al departamento.
- La logística funcionaba perfectamente y decidimos tener los coches en la azotea en lugar de una campa abandonada en Zuazo. Cosa que nos hizo poder ofrecer los coches a los clientes dando mejor sensación.
Con el tiempo, logramos lo que no pensábamos. Estar compitiendo al mismo nivel que Automóviles Galindo, enemigo a batir de la zona norte, con cifras de matriculaciones muy buenas y un ambiente de trabajo todavía mejor. La exposición de Basauri acabó cerrando y Sergio, el comercial asignado a ella, recaló en la de Galdakao junto a nosotros. Otro Crack en el equipo… Pero la cosa no iba a durar mucho.
Cuando la maquinaria ya estaba engrasada y funcionando, el gerente hizo sus movimientos. Despidió al Jefe de Ventas que acabó recalando en Echevarri Turismos y contrató otro que no le replicaba ninguna decisión. Trajo a su equipo de confianza, Bego y Salva a la exposición de Galdakao y la cosa se empezó a torcer.
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SALIDA DE GALDAKAUTO
A partir de la entrada del nuevo jefe de ventas, la desmotivación y el hastío entre el equipo de ventas que habíamos levantado la exposición de Galdakao fue patente. Sergio tardó poco en marcharse y buscarse un puesto mejor donde ser respetado. Lourdes encontró la salida en DANSA Hispanomoción y no dudó en largarse de aquél nido de víboras por una empresa más seria. Para entonces, Iñigo -con el que había entrado-, ya se había marchado hacía tiempo a trabajar en lo suyo, la banca. Valentín: despedido. Yo trasladado a la exposición de Juan de Garay… (sin sueldo acorde a la responsabilidad)
Mi gerente, a pesar de tener la fachada en obras y un régimen de visitas prácticamente nulo, mantuvo la decisión de mandarme a Bilbao y ojo, ponerme los mismos objetivos que habían tenido anteriormente Bego y Salva en la etapa anterior: -Si antes se vendían 25 coches entre dos personas, ahora tienes la oportunidad de hacerlo tú… Ya. Como si se pudieran extrapolar los datos de año en año, con una exposición nueva en alza y la publicidad ninguneando la concesión de Bilbao. Evidentemente, viendo cómo mis compañeros se hinchaban a vender en Galdakao y la merma económica que estaba sufriendo, en cuanto tuve la oportunidad me marché de ahí.
Si bajas por Juan de Garay, podrás ver las lonjas cerradas a cal y canto de lo que fue la exposición de Galdakauto. Está enterrada bajo toneladas de carteles publicitarios. Una pena.
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LO MEJOR
- El aprendizaje como vendedor en todos los ámbitos; producto, competencia, concurrencia.
- Las cifras de ventas. Me hinché a vender el modelo LEON TDI 150 FR cuando lo re-estilizaron y los nuevos SEAT IBIZA. Buenos productos.
- Mi coche. Mi SEAT CORDOBA Tdi 110 cv Sport. Mi primer coche en propiedad con el que disfruté mil y un aventuras.
- Los compañeros / amigos que me eché. Valentín, Sergio y Lourdes por encima del resto.
LO PEOR
- El trato de la gerencia
- Comprobar y acabar padeciendo los favoritismos dentro del equipo comercial
- Tener un jefe cuyo frase recurrente era «Odio a cada cliente que entra por la puerta de la exposición» (Así no se puede…)