FORD CARBIZKAIA

Concesión Ford Carbizkaia de Galdakao
En primera planta, exposición de Galdakao. (Google Maps)

Entré en CARBIZKAIA el 13 de enero de 2005. La oportunidad de entrar en FORD CARBIZKAIA vino de la mano de mi ex-compañero en GALDAKAUTO, Sergio Perez (Ver en Linkedin). Ubicada inicialmente en Trapagarán, la concesión tenía planes de expandirse y necesitaba gente con experiencia para las nuevas instalaciones. Los rumores apuntaban que sería en Galdakao, así que me animé a mandar el currículum y crucé los dedos porque me llamaran.

FORD CARBIZKAIA

Mi paso por Carbizkaia fue breve pero intenso. En menos de un año tuve la oportunidad de marchar a Peugeot DANSA y ni me lo pensé. ¿Por qué? Bueno, antes de llegar a ese punto, mejor explicar cómo me fue y todo lo que aprendí de FORD. No mucho, pero sí muy importante.

No recuerdo mucho de la entrevista que me hizo el gerente, Egoitz. Lo que sí recalqué, el día que me llamaron para comunicarme que contaban conmigo, era que yo estaba con un contrato indefinido en Galdakauto, y que -entendiendo que tendría que pasar un período de prueba-, NECESITABA estar en la misma situación lo antes posible.

Los contratos fijos/indefinidos eran muy importantes si querías que te aprobaran un préstamo hipotecario. Estaba suscrito a un montón de promociones de V.P.O. y en caso de que me tocase un piso, necesitaba ese tipo de contrato de cara a pedir el crédito al banco.

«- Ningún problema. Si pasados 6 meses, los resultados son los esperados, te pasaremos a indefinido.»

Egoitz, gerente de Carbizkaia.

ACEPTÉ y comuniqué mi marcha en la empresa. Acto seguido, fuí declarada persona non gratta por el gerente: Llevé mi coche a reparar y me cobraron más que a cualquier cliente, con instrucciones específicas de Txus al respecto, según me dijeron los mecánicos con resignación.

UNA NUEVA CONCESION

Empecé mi etapa en Carbizkaia en Trapagarán y allí pude conocer a todos mis compañeros del equipo comercial: Maribí (que entró conmigo), Sergio, Edurne, Carmen, Josean (de vehículo industrial) e Israel (de Vehículo Ocasión). Posteriormente también se incorporaron Samuel, Dani y Josean «el flecha« para completar la plantilla de las instalaciones de Galdakao.

Aunque el grupo se componía tanto de gente veterana, como de «novatos» que nos acabábamos de incorporar al sector hace poco; se notaba que la concesión estaba un poco verde. No había jefe de ventas al uso, y todos funcionábamos bajo la supervisión del gerente que realizaba, además de sus funciones, las de responsable de ventas. Eso generaba unos rapports de ventas muy tensos, ya que estábamos todos los días dando explicaciones frente al responsable máximo de nuestro trabajo. Sobre todo cuando ya estábamos en la nueva concesión.

VUELTA A GALDAKAO

Efectivamente. Tuve la suerte de ser trasladado a la nueva vacía concesión de Galdakao antes de su apertura. Al principio, igual que me ocurrió en Galdakauto, fue un poco duro ya que no teníamos clientes, las ventas eran mínimas y por ende, mis ingresos. Pero éramos muy efectivos y aunque acostumbrado a medias de 10 coches/mes en SEAT, en FORD vendía algo menos pero ganaba más. Los márgenes de los vehículos eran más elevados y el sistema de incentivos, ligado a financiaciones y complementos eran más altos.

Maribí y yo, los comerciales que fuimos destinados a Galdakao, nos llevábamos muy bien y sacábamos las cifras adelante. Estábamos en la planta baja -en el acceso principal de clientes- y teníamos todas las oportunidades para coger clientes nuevos y efectuar las ventas. Carmen Seijo (cuando escribo ésto, felizmente jubilada y una de las mejores personas que conozco A TODOS LOS NIVELES), estaba en la planta superior y no le hacía falta atender exposición, ya que tenía su cartera de pedidos de empresa y clientes fidelizados. Dani, de vehículo de ocasión, iba a lo suyo y no teníamos competencia «interna» de producto. La cosa estaba bien definida y empezamos a rodar, cuando se tomaron las decisiones que desestabilizaron la situación y provocaron varias salidas:

OTRO GERENTE, MISMOS PROBLEMAS

Cuando CARBIZKAIA GALDAKAO ya estaba a pleno rendimiento, el gerente trasladó todas las oficinas y personal a ese centro. Eso incluía a su comercial de confianza, Roberto, al que situó en la mesa principal de la exposición (exiliando a Maribí a la planta superior donde no captaba visitas) desde la cual, atendía todo lo que se ponía a tiro -y merecía la pena, claro-.

Los reportes de ventas, tal y como indicaba más arriba, se transformaron en una tortura donde el gerente nos revisaba TODOS LOS DIAS la agenda -que llevábamos en un cuaderno expresamente creado a tal efecto-, y nos presionaba constantemente sin tener en cuenta el estado anímico del equipo. Los recién incorporados, lo pasamos mal.

Se contrataron a otros dos comerciales cuando la realidad, era que no había tarta para todos:

  • Entró «el flecha» al departamento de ocasión para ayudar a Dani. Dani tasaba y el flecha vendía los coches tasados. Esto también creó malestar, ya que el tasador se quejaba de que no cobraba lo que tenía que cobrar y se acabó marchando.
  • Se fichó a Samuel, que venía de Madrid, como si fuera el Messi de las ventas. Le trataron como tal y fue el niño mimado de la concesión, en detrimento de los que habíamos estado peleando desde el primer día. Eso generó mucho malestar entre los veteranos (y eso que no llevábamos ni un año allí).

Ya había vivido toda esa situación en SEAT y aunque no era plato de gusto, aguanté lo que pude viendo el lado positivo de la situación. Tenía buenos compañeros, trabajaba al lado de casa y seguía vendiendo coches a pesar de todo.

LAS MULTIOPCIONES

Si tengo que destacar algo de mi paso por CARBIZKAIA, fue aprender cómo vender la «multiopción«. Casi todas las marcas ofrecían esa forma de financiar un vehículo, pero en FORD se hacía mucho hincapié en la misma y realicé mucha formación para rematar operaciones con esa modalidad. Todo lo aprendido me lo acabé llevando a PEUGEOT y creo que fué clave a la hora de ser contratado en DANSA.

SALIDA DE CARBIZKAIA

A pesar del malestar dentro del equipo comercial, más aún tras la marcha de Sergio, Maribí y Dani de la concesión; mi salida de Carbizkaia no vino provocada por un declive de ventas. Mi salida se produjo por una falta de LEALTAD y HONOR por parte de la empresa hacia mi persona. Nos quisieron hacer una jugarreta muy fea y eso no lo perdoné jamás.

Como indicaba al inicio, mi única condición para entrar en CARBIZKAIA, era conseguir el contrato indefinido (que ya tenía en SEAT) lo antes posible. A priori, así iba a ser. Firmé el primer contrato de 6 meses con 3 de prueba (esto último algo exagerado, pero bueno, lo pasamos). Una vez acabados los 6 meses, no nos dieron a firmar contrato alguno. Maribí y yo estábamos flipando con la situación, pero bueno, los sindicatos nos decían que si no habíamos firmado nada, se suponía que automáticamente pasábamos a ser indefinidos una vez concluido el primer contrato. (…) Cuando solicité mi contrato, con la excusa de tener que presentarlos para entrar en un concurso de VPO, saltó la liebre

El jefe de administración nos llamó al despacho y nos presentó un documento «plegado sobre sí mismo» donde lo único que veíamos Maribí y yo, era un folio doblado en blanco y un espacio para firmar, sin mostrar condiciones.

– Perdona, pero yo no puedo firmar nada sin leerlo ni presentárselo antes a mi sindicato para que me lo explique. ¿Me lo puedo llevar a casa y te lo traigo a la tarde firmado?

El jefe de administración se vió acorralado y no sabe la cagada que hizo al mostrarnos el documento.

JFIcomercial

No nos dejaron sacar el documento de CARBIZKAIA, pero lo que sí pudimos hacer fue ABRIR EL DOCUMENTO y leerlo allí mismo. El contrato, lejos de ser un indefinido, era un contrato de fin de obra. Nada que ver con lo prometido en su día y con una validez nula de cara a pedir un préstamo. Eso es lo que pretendían que hubiéramos firmado, y aunque después de protestar y amenazar con ir a los sindicatos, acabamos firmando en contrato que nos merecíamos. Ese acto de falta a la palabra, ese intento de engaño, fue el que acabó pesando más; a la hora de tomar la decisión de abandonar aquella concesión en cuento tuviera la oportunidad.

Ver siguiente trabajo: DANSA HISPANOMOCION


LO MEJOR

  • Aprender a dominar y vender la multiopción
  • Los compañeros que tuve: Carmen, Sergio, Israel y Maribí por encima del resto.
  • Trabajar al lado de casa, a pesar de cruzarme todos los días con mis Ex- de Galdakauto

LO PEOR

  • Revivir los favoritismos de la gerencia dentro del equipo comercial
  • No tener un jefe de ventas
  • La deslealtad de la empresa y el intento de engañarme con el contrato