Como indico en la descripción de este post, últimamente me doy cuenta del MIEDO A HABLAR que me rodea y que yo mismo padezco. Conversaciones y comentarios que hacemos en «petit comité» y/o con gente de nuestra confianza, raramente tienen cabida en foros más públicos. ¿Por qué es así?
MIEDO A HABLAR
«Si no tienes nada bueno que decir o aportar, mejor estar callado.» Es una premisa que yo también he hecho mía. Me ha ayudado -o eso creo-, a soportar sobrellevar circunstancias familiares ciertamente odiosas. (No voy a entrar ahora en detalles ni se trata de eso lo que quiero explicar). Sin embargo, creo que en cierta manera, puedo estar equivocado ya que:
¿Quién determina lo que es bueno o malo? Lo que puede parecer malo en un momento puntual, puede transformarse en algo positivo con el transcurso del tiempo. Criticar una conducta que te parece mal puede causar molestia en ese momento pero, provocar que no se pueda repetir en el futuro.
Pero bueno, más allá de la crítica a otra persona, lo que intendo decir es que tenemos MIEDO A HABLAR y verter nuestras opiniones VERDADERAS Y DEL MOMENTO en foros ajenos a nuestro círculo de confianza (o incluso dentro).
Cuando hablamos (o entramos en un foro/conversación) de algún tema «TABÚ» (RELIGIÓN, POLITICA, OPINION PUBLICA), no decimos -en muchos casos (otros no se muerden la lengua)-, lo que pensamos realmente. No deseamos entrar en conflicto con esas personas que nos rodean y nos «adaptamos» en contenido y forma, a lo que leemos de los demás. ¿Es así o no es así?
- Con los amigos hablamos de ciertas cosas y otras mejor no mencionarlas.
- En el trabajo, el jefe mejor no escuche los comentarios de los currelas.
- Dentro de la familia no se hablan de ciertos temas por «respeto».
- En redes sociales mejor no mentar ciertas cosas «por si acaso».
- Y un largo etc. en otros ámbitos que ahora no me vienen a la cabeza…
LO QUE DIGO NO ME DEFINE
Alguno pensará que sí. Que lo que digo define lo que soy y mi persona. Pero después de darle muchas vueltas, creo que eso no es así del todo. Al menos tras analizar las cosas que hemos podido decir hace años (de joven por ejemplo) y darme cuenta con el paso del tiempo lo equivocado que podía estar en aquel entonces y tener ahora otra opinión al respecto.
Lo que dije, definía (si es que dije todo lo que dije sin miedo y sinceramente) mi persona de entonces. Pero no la que soy ahora. (…) Bajo esa premisa, yo podría estar -ahora mismo- soltando un rollo sobre cualquier tema, poder estar equivocado y rectificar más adelante asumiendo mi error.
SIN EMBARGO, NO LO HACEMOS. No soltamos todo lo que pensamos libremente por muchos motivos y ahí van los miedos que nos surgen al expresar nuestra opinión sincera:
- Miedo a hacer daño con nuestra opinión a nuestro interlocutor cuando estamos en una conversación. Ej: ¿Le digo o no le digo que he visto a su pareja con otra persona?
- Miedo a que la opinión vertida en un momento puntual nos persiga toda la vida. Ej: Gente a la que se le juzga por tuits y comentarios rescatados de hace años en internet.
- Miedo a que tus opiniones lleguen a otras personas desconocidas (por no mentar las fotos), puedan perjudicarte a la hora de encontrar trabajo o qué se yo.
- Miedo a que se te tache de X cosa y te pongan un «san Benito» para el resto de tu vida.
No deberíamos tener miedo a hablar. Pero es así. Nuestras respuestas y opiniones no son RESPETADAS y en lugar de ser tomadas como un comentario puntual -que define nuestro pensamiento en un momento puntual-, son TOMADAS como CATEGÓRICAS y forman la imagen mental que de uno mismo se genera el resto de la comunidad, ya sea familia, amigos o compañeros de trabajo.
El problema, hoy día, de muchos comentarios y pensamientos que «dejamos atrás» y que dejan esa famosa «huella digital», es que ESTAN DESCONTEXTUALIZADOS y pueden no representar a la persona actual que los dijo en su momento, pero…
JFIbarreche
Nos transformamos en misóginos o feministas, en mariquita o homófobo, en comunista o facha, drogata o beato, únicamente por pronunciar una opinión (o una foto/MEME) y ya. ETIQUETADO de por vida y listo para la LAPIDACIÓN.
¿No podemos respetar las opiniones de los demás -aunque sean contrarias a las nuestras- y dejar que todo el mundo sea feliz sin «morderse la lengua»?
Supongo que es difícil y la sociedad actual no estaría preparada para este nuevo orden mundial. Si no, haced el intento de visualizarlo: ¿Qué pasaría en tu vida, si fueras totalmente sincero con tus opiniones y dijeras sin tapujos lo que piensas? Si ya lo haces, eres una persona afortunada y te envidio mucho.
ANEXO
Me doy cuenta, de que cuando hablo del MIEDO A HABLAR en mi cabeza están las cosas «negativas» que no decimos a los que nos rodean. Supongo porque soy de los que piensa que nos marcan más las cosas NEGATIVAS que nos dicen y decimos a los demás, que las POSITIVAS. (…) Pero además, creo que muchas veces también tenemos MIEDO A HABLAR y mostrar nuestro lado más cariñoso, sensible y amable al resto del mundo. Incluso EN LO BUENO, tenemos miedo a decirlo y expresarnos libremente, no vaya a ser que: Nos tomen por un blandengue. Espantemos a esa persona por la que expresamos nuestros sentimientos. Se aprovechen de nuestra intención y nos tomen por «el pito de un sereno». Incluso decir TE QUIERO -puntualmente, otro día puedes cambiar de opinión-, nos cuesta horrores decirlo. Más que VETE A TOMAR POR CULO
Gracias por leer el post. Sé que es un poco espeso, pero a mí me viene bien soltarlo. Sin miedo y esas cosas, jajaja. Recuerda: SE FELIZ
FOTO: Neo en la película MATRIX siendo interrogado por el agente Smith.