PROPOSITOS DE AÑO

enfadarse-hijos

No creo en los propósitos de inicio de año. Creo que los cambios son todos los días y si «retomo» el Blog, es porque me lo he propuesto HOY. Ni antes ni después, hoy. Pero bueno, en estas fechas es lo que se lleva y el título es el apropiado. (…) Ha pasado muuucho tiempo desde la última entrada y puedo asegurar que sigo viviendo situaciones como las comentadas en el último post. Los peques evolucionan y los enfados siguen «in crescendo» en intensidad, incluso la pequeña, que muestra mucho carácter y tener la mano muy larga.

YING Y YANG

Pero de igual forma que los ataques de ira son furibundos y mi hijo mayor suelta su rabia de manera indebida, también hay que reconocer que tiene sus momentos de amor, en los que me dice lo mucho que me quiere y cuánto me echa de menos cuando está en clase o falto a su lado. Hay que saber apreciar esos momentos.


Hay que mostrar los buenos sentimientos que nos ocasionan sus actos de amor, de igual forma que nos mostramos irascibles cuando nos enfadamos.


Creo que me hace mucho bien, regodearme en un beso, en un «te quiero», en una sonrisa sincera y amable que me lanza cualquiera de mis pequeñajos. Saborearlo e interiorizarlo para «disolver» esos estados negativos que me provocan, por otro lado, sus actos de rebeldía, sus cosas de niños (como un vómito producto del llanto), los contratiempos que producen etc. (…) Desgraciadamente, cuando me enfado, -cuando me enfado pero bien-, alcanzo unos niveles de intensidad que se enquistan y perduran en mi interior el resto del día. Me quedo con lo malo, con lo que me desagrada, y erróneamente, ya estoy a la defensiva, esperando la siguiente contrariedad para dar rienda suelta a mi frustración, levantar la voz o qué se yo… Estoy seguro que mis hijos ven el «diablo» reflejado en mi cara, jajaja. Es normal enfadarse, eso no se discute.


Es bueno para mí, pero también es imprescindible para ellos.


Enfadarse, como digo, es lo normal. Pero también debería ser normal, que cuando nuestros hijos nos muestras su amor, cuando nuestros hijos hacen las cosas bien, cuando quieren que observemos sus hazañas; nos mostremos complacientes y mostremos nuestro mejor lado. Si sólo somos padres para educar a través del enfado, del grito, no ya hablemos de la violencia física, y no sabemos dar amor, atención, tranquilidad, sigo pensando que los enanos serán unos cabestros, y lo peor de todo, que yo, entraría en una espiral de mala leche que no traería nada bueno…

Cuántas veces menosvaloramos un dibujo que nos hace el niño, restamos importancia al hecho de que intenten recoger la mesa ellos solos, o pasamos de leerles un cuento por el motivo que sea. Y sin embargo, ponemos el grito en el cielo cuando pintan, mínimamente, donde no deben, derraman un vaso de agua en la mesa, o desparraman todos los libros que tienen… (…) Porque están buscando ese cuento que quieren que les leas…

Así pues, mi propósito es estar atento a lo bueno y demostrar a mis hijos que los quiero con locura. Valorar sus dibujos, animarles a que aprendan cosas nuevas y pasar tiempo con ellos de «calidad», sea leyendo un cuento, viendo un vídeo, o un tebeo… Por poner unos ejemplos.

VERBALIZAR

Me doy cuenta de lo mucho que me ayuda escribir estas líneas y releerlas de vez en cuando. Reconozco que hay días que me «desvío» del camino que aquí pretendo trazarme, pero ver lo que escribo, me pone en mi sitio y otro de los propósitos es darle más continuidad a este BLOG. Quizás con otro formato, más breve y mundano, pero escribir, escribir y escribir… Seguro que me viene bien y espero no aburrirte con ello.

Espero que tengas un buen día y que consigas todo aquello que te propongas, sea el día que sea.

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