NO EXISTE LA IGUALDAD

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Cuando lanzo este titular, dudo mucho a la hora de abordar el tema y tratar de explicar por qué pienso así evitando entrar en polémicas. Creo que lo primero que tengo que aclarar/recordar es que el ámbito de este BLOG es la paternidad y la familia. Segundo, no trato de proclamar ni denunciar la falta de igualdad en el contexto socio/laboral -ese sería otro debate en otro foro más apropiado-. Simplemente que…

PIENSO COMO PADRE

Aunque física y mentalmente, no somos muy distintos cuando somos niños y llegamos a la edad adulta… Cuando una mujer se queda embarazada, sin embargo, se produce una metamorfosis que pone en evidencia las diferencias que existen (y existirán siempre) entre ambos sexos. Hablo, sobre todo, de los cambios «psicológicos» que se producen en uno y otro desde el momento que saben; va a tener descendencia.

Como siempre, me remito a mi experiencia y a los comentarios que cruzo con otros padres en la misma situación. No se puede garantizar que todo sea como digo, pero seguro que más de uno ha vivido estas situaciones:

  1. Tu pareja comienza a devorar «literatura» sobre el desarrollo del embarazo, cuidados del bebé, hábitos de sueño etc.
  2. Los hábitos alimenticios cambian fruto de «antojos» y/o caprichos camuflados de «antojos»
  3. Avanzado el embarazo aparece el síndrome del «nido» y a tu chica le da por tener toda la casa como un pincel.
  4. Las preocupaciones porque el bebé esté correctamente son constantes en tu mujer y las visitas al hospital se multiplican.

Todos estos ejemplos que pongo (y te invito a que me indiques más), son previos a tener la criatura. Luego vendrán más, claro.

PIENSO COMO HOMBRE

No he leído «tanto» sobre el bebé. No he cambiado mis comidas ni sufrido antojos. No me preocupa que la casa brille por donde paso (eso no significa que esté desordenada) y no puedo comprender qué pasa «ahí dentro» como para preocuparme por ello todo el rato.

Todo ésto que a mí me parece «tan normal» (y supongo que más de uno pensará como yo), no lo es para ellas. ¿Cierto?

El embarazo es una etapa difícil que se puede convertir en un continuo ir y venir de reproches, indirectas (o no tanto), y malos rollos que pueden repercutir tanto en la pareja, como en la criatura que está por venir. (Recordemos que ellos escuchan y reciben las descargas de adrenalina y sentir de su madres mientras están ahí dentro, conectadas a ellas).

SOMOS DIFERENTES Y HAY QUE ENTENDERLO

De ahí que, ambos sexos deberíamos asumir que somos diferentes y tenemos formas distintas de afrontar esos cambios y situaciones que se producen a medida que avanza el embarazo. Entenderlo, comprenderlo y empatizar con nuestra pareja será la única forma de aparcar los enfados y conseguir un clima saludable para la futura familia.

  1. No leer tanto no significa «DESPREOCUPACIÓN». La literatura sobre embarazos y bebés está redactada al 95% para mujeres y los datos que nos pueden parecer útiles como padres se terminan enseguida.
  2. No conseguir satisfacer ese antojo repentino no es «CULPA» nuestra. Hay que entender el estado enfado/frustración que se genera, pero también comprender que nadie se ha muerto por no comer un Bocata de anchoas con nata y fresas.
  3. Que no quiera pasar recogiendo y limpiando la casa «obsesivamente» (como digo, es un síndrome que padecen las mujeres), no me convierte en un «GUARRO» y un despreocupado.
  4. Yo también me alegro cuando el doctor nos dice «todo está bien». Así que no pienses que estoy enfadado aunque me hayas levantado a las 4:00 de la mañana para ir corriendo al hospital. Todos tenemos mala cara cuando nos sacan del sueño y no entendemos los motivos; no es que esté «ENFADADO ni MOLESTO».

EMPATÍA Y COMUNICACIÓN

Como digo, la mejor fórmula para convertirte en un superpadre y llevarlo estupéndamente con tu pareja, es empatizar con su situación (si tienes que leer más cosas te recomiendo seguir con los enlaces de interés o buscarte la vida en «google») y explicarle cómo te sientes cuando estés con ella.

Muchas veces nuestra expresión corporal (nuestra mala cara), es el reflejo donde ellas miran y no transmiten lo que realmente estamos sintiendo. Podemos estar enfadados y hacérselo ver a ella por nuestra pose y/o comentarios, pero RECOMIENDO que expliquéis los motivos del mismo, ya que pueden ser totalmente diferentes a los que ella pueda estar pensando… y os juro que embarazadas están hipersensibles y pueden equivocarse con sus juicios. ¿Verdad chicas?

«Como digo: somos muy diferentes y por eso mismo, podemos ver las cosas de forma muy muy distinta abonando el campo para las malinterpretaciones.»

ENLACES DE INTERÉS

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«Historia de dos cerebros»

Analiza en clave de humor cómo funcionan el cerebro de un hombre y una mujer. 

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JFI

 

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